sábado, 6 de marzo de 2010

Reflexiones varias

Hoy quería hacer una pequeña reflexión personal, algo que hace tiempo que llevo pensando. ¿Cuál es el sentido de todo lo que hacemos? ¿Desde que nacemos, cual es el sentido de nuestros actos? Cuando somos pequeños, deseamos crecer un poco, no depender de nuestros padres en todo momento, ser algo mas independientes. Cuando somos adolescentes, nos gustaría ser totalmente “libres”, ser mayores de edad, sin ataduras paternales ni legales… Al llegar a esto, queremos tener nuestra propia casa y nuestra propia libertad, mas tarde, tener una pareja con quien compartirlo, un trabajo digno, tal vez un titulo universitario… nos pasamos la vida buscando. Buscamos y buscamos… consumimos, nos dejamos engañar, y volvemos a consumir, esperando encontrar en nuestro próximo proyecto la felicidad de todo. Y en todo este largo camino, ¿realmente nos paramos a pensar si disfrutamos?

Le damos tanta importancia a la felicidad que nos proporcionaran nuestros proyectos mas ambiciosos, como tener un titulo, una casa o una pareja, que muchas veces no somos capaces de disfrutar de los pequeños momentos de la vida, que tal vez sean los únicos que nos toque vivir, porque nadie sabe cuando va a nacer ni cuando va a morir. Me refiero a las pequeñas cosas que llenan nuestro día a día. Descansar, comer, disfrutar de una buena compañia, leer un buen libro, hacer algún deporte, reír, soñar… Son placeres mas pequeños y efímeros, pero a veces infinitamente mas poderosos, y creo que si todos supiésemos verlos, seriamos mucho, mucho mas felices.

4 comentarios:

  1. La vida es más lista que nosotros, esa si que no espera...

    Deberíamos aprovechar más cada momento sin preocuparnos tanto por lo que en un futuro queramos hacer. En definitiva, la vida -entre otras muchas cosas- es una constante espera.

    Ya te dije que este era un tema que muchas veces me había surgido a mí =)

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  2. Eso se estudia en economía, pero ahora no recuerdo que nombre tenia xD Básicamente, las empresas se aprovechan de que el ser humano siempre necesita mas para venderle más.
    Yo no renuncio a esa parte de mi -¿qué es de la vida sin iusiones?-, pero en los dos últimos años aprendí también a ser feliz de las pequeñas cosas. De hecho, nada me hace más happy que los días de sol, los días de viento, poder ir al trabajo, ver a mis "nenes", y lo último y que más me sorprendió a mi misma.. estar con mis padres. Por algún motivo adoro estar con mis padres. Antes pasaba demasiado tiempo fuera de casa, ahora me las apaño para ir al menos a comer a casa tres o cuatro veces por semana.
    La felicidad completa es saber ser feliz por todo ello =)

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  3. Irissu, te veo tan joven, observadora y pensante que me da temblor cariñoso en el corazón... es un decir, esto del corazón. Soy agnóstica como vos desde los 15 años, y ya voy por los 63. Por eso te felicito, por tu osadía que va más allá de una rebelión adolescente. Podría agregar que más que agnóstica soy escéptica, pero ya te vas a encargar vos misma de descubrir la gran diferencia. Un abrazo desde la Argentina.

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